viernes, 3 de junio de 2011

http://setebc.wordpress.com/2008/08/30/la-educacin-bsica-enfrenta-sus-horas-ms-negras-olac-fuentes-la-jornada/

La educación básica enfrenta sus horas más negras: Olac Fuentes – La Jornada

Olac Fuentes Molinar, en entrevista con La Jornada
Pedir la desaparición de las escuelas normales, un desvarío irresponsable, califica   Debe limpiarse de vicios la formación de maestros   Sobran o faltan docentes según el proyecto para fortalecer el sistema  “Arbitrario y descuidado”, el examen por las plazas
Rosa Elvira Vargas

Olac Fuentes Molinar, en entrevista con La Jornada Foto: Roberto García Ortiz
Pedir la desaparición del normalismo en México “es un desvarío que surge de la irresponsabilidad y la falta de respeto” por los maestros del país, establece rotundo Olac Fuentes Molinar, ex subsecretario de Educación Básica y Normal de la Secretaría de Educación Pública.
Esta propuesta, así como las medidas aplicadas durante los 20 meses de la actual administración federal, entre ellas el fetichismo por la prueba Enlace, la aplicación de una reforma como la que está en curso a la educación secundaria, los cambios que se diseñan para la primaria y el “arbitrario y descuidado” examen de oposición para el otorgamiento de plazas docentes, llevan a Fuentes Molinar a ubicar: “se plantean para la educación básica, las horas más negras que yo recuerde”.
Con todo, él confía en ver una reacción madura y definitiva, frente a esta acción contra las normales, incluso de parte de las propias autoridades de la Secretaría de Educación Pública.
“A todos aquellos que nos importa la educación pública debemos estar dispuestos a salir en su defensa (de las normales), porque son un patrimonio de la educación mexicana. E igualmente, estar decididos a participar en su consolidación y a limpiarlas de los vicios que se han fortalecido en ese sistema, pero que no quede duda: estamos convencidos de su vigencia, no por nostalgia, sino por realismo y por sentido nacional. La palabra la tienen ahora las escuelas.”
Particularmente, en los casos de prescolar y primaria, la normal tiene una orientación formativa para acercar a los alumnos y a la escuela a la realidad educativa de la región. Y de ahí su vigencia hoy y a futuro como el espacio más adecuado para formar maestros, indica el pedagogo.
Insiste así, en que antes de plantear esa “ligereza sin límites”, de convertir a las normales en escuelas para formar “técnicos en turismo”, la líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo, habría primero que reconocer el peso vivo de una tradición nacionalista y liberal, y orientarse a corregir los extravíos en algunas de las instituciones formadoras de docentes.
“Corregir desviaciones, reforzarlas académicamente, combatir el burocratismo y el favoritismo, que han sido estimulados por el propio SNTE y por los gobiernos estatales, es lo que debería plantearse en este momento. Pero insisto: simplemente no hay alternativa. No se encuentra, por ejemplo, en las universidades, y menos en las privadas, que tanto han aprovechado la simpatía de la dirección del SNTE para ganar dinero.”
En entrevista con La Jornada, el educador e impulsor de los programas de estudio y materiales para maestros y alumnos vigentes en el nivel prescolar y primaria, critica también el examen aplicado hace unas semanas como método único para la asignación de plazas a docentes de nivel básico.
–¿Cuál sería su principal objeción?
–Por la información parcial disponible es que se trata de un examen arbitrario, descuidado. Tiene poco que ver con dos cosas: la formación que realmente ofrecen las normales, como el conocimiento y la diversidad de los niños, el trabajo en el grupo, etcétera, y con los rasgos que caracterizan a un buen maestro. En ningún sistema educativo que se respete a sí mismo le dices a un aspirante a maestro sí o no, a partir de un examen como éste.
“Juzgar a las escuelas y la calidad de sus egresados desde este engendro es injusto y ofensivo para ambos; es enormemente irresponsable frente a cualquier intento por elevar la calidad de la educación.
–¿Encuentra algún vínculo entre la difusión de los resultados del examen de oposición y la inmediata solicitud de la señora Gordillo de pedir la desaparición del normalismo?
–No suena gratuito y tendríamos que tomar eso en cuenta. Creo que a lo único que no tenemos derecho es a la ingenuidad. Conocemos a los personajes centrales de esta historia.
–¿Cómo evalúa entonces el pronunciamiento de la líder sobre el magisterio nacional?
–De una ligereza y una falta de responsabilidad enormes. Algo que sólo puede explicarse por la existencia de un poder informal sin límites que, sin medir las dimensiones del problema, sin ninguna reflexión, le pide al presidente (Felipe Calderón) liquidar un sistema público de más de 100 escuelas. No le pide que lo valore o lo estudie, le solicita que las convierta en espacios de personal para el turismo, y eso es un desvarío. Aunque repito, problemas hay, como existen en todos los sistemas, incluso en las universidades más prestigiadas.
–¿Cuáles serían, en su perspectiva, los principales dilemas que vive el normalismo actualmente?
–Uno, la burocratización, y dos, la debilidad de los compromisos de trabajo. Muchas plazas en distintos lugares se utilizan como premios a ex dirigentes sindicales, a ex funcionarios públicos y donde la gente que realmente trabaja muchas veces no cuenta con estabilidad laboral. Otro elemento está dado por el abandono total a los programas serios, no academicistas, de formación de maestros y de quienes imparten cursos en las normales.
“Hay muchísima gente en las normales demandando este tipo de servicios; que siente la necesidad de formarse mejor e incluso a veces paga de su bolsillo por cosas que no valen la pena, en la búsqueda de consolidar su competencia profesional. Hay que evaluar con seriedad, pero no tengo duda de que los resultados indicarán que existen buenas normales, aquellas manejadas con seriedad, con honradez y a las cuales se les pueden corregir sus errores con muchas más ventajas de las que se presentarían con cualquier otra alternativa.”
–¿Es real la desvinculación entre lo que se enseña en el aula y en las normales?
–En efecto. Soy muy crítico de la reforma de secundaria y de la que se está planteando para la primaria. Pero es un asunto automático de la ecuación: si se modifican contenidos de un nivel de enseñanza, prácticamente de inmediato, o anticipadamente, debe modificarse el trabajo de las normales. ¿Quién es el responsable de que esto no se haya hecho? ¿Por qué le cargamos las consecuencias a los alumnos, a sus maestros y a las escuelas?
–¿Es una decisión de política educativa?
–Así es. Involucra sobre todo al gobierno federal, como entidad rectora, y a los gobiernos estatales como gestores del servicio.
–¿Y qué dice ante el argumento de que sobran maestros en México?
–El hecho de que existan todavía escuelas bidocentes habla de la necesidad de más maestros. En educación indígena no tenemos resuelta una política real, más allá de lo bilingüe y lo bicultural, para que esos niños reciban un buen servicio educativo; ahí hay necesidad de maestros. Un grupo de secundaria de 60 alumnos, ahí hay necesidad de otro maestro. Te sobra o te falta, depende de qué estas dispuesto a hacer por fortalecer el sistema.
“Por eso digo con pena que en particular en estos primeros años del gobierno de Calderón se están planteando para la educación básica las horas más negras que yo recuerde. Por donde le veas.”
La educación básica enfrenta sus horas más negras: Olac Fuentes – La Jornada

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OLAC FUENTES MOLINAR

AQUI LA PAGINA

https://docs.google.com/View?id=dcw3bss6_161f9kj96c5

Exámenes de opción múltiple: drama educativo nacional
EXCELENTE PÁGINA

http://educacionadebate.org.mx/2010/08/16/examenes-de-opcion-multiple-drama-educativo-nacional/
Martes 17 de agosto de 2010
ED/Lydiette Carrión
Actualmente en México, la evaluación tanto de alumnos como de profesores depende casi exclusivamente de exámenes de opción múltiple.
Con ello, explica Olac Fuentes Molinar, se ha desterrado la posibilidad de valorar cosas tan elementales como la capacidad de escritura del futuro profesor. En el caso de los estudiantes, se ha eliminado el placer en el aprendizaje.
El ex subsecretario de Educación Básica, recibe a Educación a Debate en su estudio, un espacio austero en el que prevalecen libros y plantas. Ahí conversa sobre las políticas educativas impulsadas, sobre todo, desde el año 2000. Se concentra, en la evaluación.
“Otorgar una plaza permanente de maestro mediante un solo examen de opción múltiple es un error. No es posible ni siquiera saber cómo construye su pensamiento el futuro maestro”, explica el filósofo y quien también fuera el primer director de la Fundación SNTE.
Da clic en la imagen para ver la primera parte de la entrevista:

El hecho de que las plazas se otorguen mediante una evaluación tan mecánica, tan simplista, y con efectos tan a largo plazo (ya que las plazas son otorgadas de forma permanente) cobra dimensiones de alarma si se considera que las investigaciones en temas educativos  demuestran  que la calidad de la educación básica depende de la calidad del maestro, enfatiza Fuentes Molinar.
“Mucho más allá de la tecnología, de los recursos financieros, el derecho a tener un buen maestro es central en la educación básica”.
“El oficio de maestro es tan complejo que se expresa en tantos desempeños, muchos de ellos no previsibles, que un examen sólo capta --en todo caso-- una proporción, y yo no diría la mayor, ni la más importante”.
Fuentes Molinar hace hincapié en que un examen de opción múltiple ni siquiera permite conocer capacidades elementales de los futuros profesores, como la escritura, comprensión de lectura, la capacidad de razonamiento.
--¿Qué opina del examen de selección de maestros?
--Yo entiendo que hay una intención de reducir el desorden, la corrupción que ha existido en la selección de nuevos maestros. Sin embargo creo que no es la solución. Más que ver ahora los resultados concretos del concurso, lo que hay que preguntarse es si un país puede seleccionar a sus futuros maestros a partir de un examen de opción múltiple.
“De lo que yo conozco no hay ningún país que haga una selección tan simplista, tan esquemática y de efectos tan de largo plazo que no son corregibles”.
Por ejemplo, en otros países, existe un periodo de preingreso en que los futuros maestros son observados; y es posible ver cómo trabajan, cómo se enfrentan a la clase, al oficio, cuál es su grado de responsabilidad, su empatía, “su capacidad de trabajar con grupos muy diversos, con niños y jóvenes que son profundamente distintos en lo cultural y lo individual”.
Un simple examen de opción múltiple, por el contrario, no arroja luz sobre todos estos aspectos. Ni siquiera nos permite ver capacidades intelectuales más o menos complejas.
--¿A qué se refiere con esto?
--Mire, una cosa tan elemental como que es un examen en el que no se escribe, se llenan bolitas. Tiene mucho de memorista, de ficticio, y no nos permite ver ni cómo argumenta ni cómo construye su pensamiento, de cómo utiliza realmente los elementos de información que adquirió en la escuela”.
Da clic en la imagen para ver la segunda parte de la entrevista:

No sólo los maestros
Pero estos exámenes que privilegian la memoria no sólo son propios de evaluaciones de profesores, sino también en la de alumnos.
“Creo que hay una falta de reflexión muy grande. Hay una confusión que en particular en esta administración se ha agudizado: confundir evaluación con examen. El examen se ha convertido en el centro de operación del sistema. Sucede con Enlace, para los alumnos, y ahora ocurre para los maestros”.
La evaluación de profesores y, en general del sistema educativo, entonces depende de un solo resultado.
“Lo que está haciendo esto es legitimar esta vieja creencia de que aprender, demostrar que se sabe, consiste en resolver exámenes. Que todo aquello que no se expresa en escoger entre cuatro opciones, y en llenar bolitas no es parte del conocimiento. Estamos perdiendo esa capacidad de explicación, de construcción, de adquirir un sentido del placer en el aprendizaje, de respetar iniciativas de los maestros, formas de trabajo…”.
Una evaluación simplista, reducida a elegir entre cuatro opciones, le cierra las puertas a que el maestro explote su capacidad de iniciativa y su experiencia. Impide adaptar los contenidos curriculares a la región, a las necesidades, a lo que es familiar a los alumnos, lamenta Fuentes Molinar.
Bueno, Juanito. Dinos, ¿qué has aprendido?
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